EL
MIEDO
¿Qué es el miedo, sino el más viejo de nuestros instintos y el más
fuerte de nuestros sentimientos? Analizando el miedo desde un punto de vista
científico, le debemos demasiado. El amor, la pena, la ira y la alegría son
emociones importantes en nuestra vida cotidiana, mas, sin embargo, el miedo es
el responsable de la mayoría de las decisiones que tomamos día a día. Creemos
ser nosotros quienes controlamos el miedo, nada más equivocado, pues nos
daremos cuenta que el miedo nos controla a nosotros.
Físicamente suele sentirse como un sudor frío, el corazón se acelera, se
aprieta el estómago y se dispara la respiración. Es algo que todos hemos
experimentado.
Ante una amenaza, en segundos el cuerpo se prepara, mientras varios
químicos en el interior, como adrenalina y cortisol se dispersan por el
torrente sanguíneo bombeando sangre a los músculos y al corazón.
La amígdala cerebral es nuestra parte instintiva que está diseñada para
dar dos respuestas básicas ante el miedo: enfrentar la amenaza o huir de ella,
mientras que el hipocampo es la parte lógica que calcula si podremos enfrentar
la amenaza, pero lamentablemente el hipocampo no siempre cumple su trabajo, es
entonces cuando la persona queda paralizada, lo que la gente llama comúnmente:
una parálisis de miedo.
El miedo es uno de los elementos de adaptación más efectivos, pues nos
dice lo que es peligroso y casi todas las especies tienen la capacidad de
aprender a evitar las cosas o situaciones que atenten contra su vida, por lo
que podemos concluir que el miedo es una programación.
La programación de un miedo es muy fácil, pues registramos el miedo
apenas algo nos sucede. En cuanto esto ocurre el cerebro guarda toda la
información posible sobre ese acontecimiento, a través de nuestros cinco
sentidos, por lo que un sonido, una imagen, una sensación o incluso un aroma
puede detonar una respuesta de miedo. Sin embargo, cuando un miedo se vuelve
algo obsesivo e ilógico, puede convertirse en una fobia. Las fobias son miedos
exagerados donde la amígdala entrega al cerebro una respuesta ilógica, por lo
que este no puede procesarla.
Históricamente el miedo ha jugado un papel clave en la historia de la
humanidad, ha desatado guerras e incluso ha unido enemigos. No hace falta
remontarnos a personajes históricos, basta con ver la historia de nuestras
propias familias para darnos cuenta de que el miedo nos hace realizar acciones
erróneas, o incluso mentir. La mentira, creo, es una de las consecuencias del miedo
y querámoslo o no, seamos sinceros, todos somos un montón de mentirosos y quien
diga que no miente precisamente es un embustero.
Tú, que estas leyendo este texto, tal ves no lo aceptes, tal vez me
equivoque pero tú y yo somos tan mentirosos que muchas veces nos hemos mentido
incluso a nosotros mismos ¿porqué? ¿No se supone que mínimo con nosotros
deberíamos de ser sinceros? ¿Cuántas veces hemos escuchado que la verdad nos
hará libres? ¿Tú lo crees? O acaso ¿somos tan hipócritas que hemos
sobrevalorado a la verdad? ¿Acaso a veces no es mejor mentir a alguien en vez de
lastimarlo? ¿Acaso alguna vez te contaron la verdad y no deseaste que te
hubieran mentido? ¿Lo ves? Tenías miedo de saber, pero preferiste saber la
verdad, fuiste valiente y te felicito ¿pero acaso no sufriste por ello?
La mentira muchas veces es producto del miedo, nuestra sociedad está
cimentada en base a miedos y mentiras, tan solo mira a tu alrededor, mira en la
calle y te toparas con ojos vacíos, son los que resignaron su fe en el amor. Obsérvalos,
¿qué miras? ¿Ves a esa chica estudiosa? Sabes lo inteligente que es pero mira
su alma a través de sus ojos y observarás esa fina fragilidad. ¿Por qué lo hace?
¿Por qué es tan estudiosa? Desgraciadamente muchas de
esas personas no son estudiosas por que quieran aprender más, ellas te dirán
que sí, no todas, pero conocemos tantos casos en los cuales esa mujer tiene
miedo de decepcionar a sus padres, más que decepcionarse a sí misma, está tan
preocupada por complacerlos que incluso son pocos los amigos que tiene, esas
mujeres que conocimos que tampoco nunca se casaron por cuidar a sus padres, o
el ejemplo de las personas superficiales, suelen estar en un círculo selecto,
pero viven de las apariencias, de mentiras de un miedo por ser rechazados o
simplemente de sentirse inferiores.
Por lo general este tipo de personas sufre de allodoxafobia que es el
miedo a las opiniones.
El miedo es lo mas contagioso que existe, en la sociedad a nivel
mundial, solemos catalogarnos por grupos, en este caso razas lo que dio origen
al racismo, que no es más que ignorancia mezclada con miedo, “si no existieran
colores, el ser humano sería racista por los olores” (Domingo Antonio Edjang
Moreno. Érase que se era, canción).
Entonces el miedo entre razas crea otro problema: Violencia.
Para probar que una raza es superior, que ejemplo mas “claro” es golpeando
a alguien de otra raza, o de otro país, que en este caso sería una xenofobia,
que es el miedo o rechazo a los extranjeros.
A excepción de los masoquistas todos somos agliofóbicos, tenemos miedo a
experimentar dolor, como por ejemplo a las agujas, lo que se convierte en
aicmofobia que es el miedo a las agujas.
La mayoría de la gente, de niños experimentó la acluofobia, que es el
miedo a la oscuridad, miedo que incluso prevalece en algunos adultos y
podrás decir que no temes a la oscuridad, que puedes andar en tu casa a
oscuras, en tu escuela. Pero solo y en un lugar desconocido estoy seguro que ha
de cambiar la situación, pero el hombre tuvo miedo a la oscuridad y el ser
humano desarrollo la luz y la electricidad.
Entonces si el miedo es contagioso, como lo saben muchos gobiernos y
políticos pueden usarlo a su favor, como aquí en México. Durante las elecciones
del 2006 la elección estaba muy reñida entre Felipe Calderón Hinojosa y Andrés
Manuel López Obrador, por lo que Calderón torció algunas de las propuestas de
Obrador en sus anuncios.
Andrés Manuel López Obrador hablaba de que se dejarán de enriquecer los
ricos y ayudaríamos a los pobres. Entonces la gente de Felipe Calderón sacó a
la luz un comercial en el cual le hacía creer a la clase media y alta, que sí
ganaba López obrador, les quitarían parte de sus bienes que tanto les habían
costado o les descontarían sus sueldos, entonces la gente al tener miedo, no
analizó verdaderamente los hechos y se rumora que Obrador estuvo apunto de
ganar la Presidencia, de no ser por algunas trampas del candidato panista.
Calderón al ganar las elecciones por muy poco margen, empieza a temer
que lo remuevan del puesto y lanza “un gran proyecto a nivel nacional” el cuál
consistía en terminar con el crimen organizado.
Factores como el miedo, la pobreza y la falta de valores repercuten en el
gobierno que empieza a desmantelar el crimen organizado, pero sin trabajo, sin
estudios, con hambre y falta de valores, varios de los jóvenes del país
empiezan su carrera como narcotraficantes a muy corta edad. Tanto que en
algunos lugares del país, la gente ya teme salir de sus casas.
Así que como vemos el miedo puede sacar a la luz nuestros peores rasgos.
Bien lo expresó Montaigne en su ensayo Del Miedo: “En, efecto, he visto muchas gentes a quienes el miedo ha
llevado a la insensatez, y hasta en los más seguros de cabeza, mientras tal
pasión domina, engendra terribles alucinaciones.” (Michel de Montaigne, Ensayos de Montaigne, Libro 1, Capítulo XVII). Pero
también los más brillantes, así pues el miedo también ha representado grandes
avances para la humanidad; el miedo no es tan malo.
La mayoría de nosotros le tememos tanto al fracaso, y nos esforzamos
tanto por huir de él, somos una contradicción. Por una parte pensamos ¡Hazlo! y
otra parte de nosotros nos dice ¡No! Sabemos cual es el camino pero en vez de
seguirlo, nos salimos, para luego quejarnos por habernos perdido, inventamos
excusas que convertimos en motivos, confundimos lo que debimos hacer, con lo
que realmente hicimos y vivimos. Vivimos deseando algo que no tenemos y lo
perseguimos. No hay uno solo de nosotros que diga que ha conseguido todo lo que
un día quiso. Porque no se puede, pero aunque no se pueda insistimos, y ese
buscar lo imposible es nuestra bendición y nuestro castigo, somos dueños de un
montón de sueños. La decepción es el precio cuando se intenta agarrar el cielo,
para ver que se te escurre entre los dedos y somos eso. Seres imperfectos que
sueñan con ser perfectos y se recriminan a sí mismos sus defectos, seres que
aplauden las grandes gestas en vez de los pequeños gestos.
El miedo puede destruirnos o servirnos para hacer grandes cosas, ¿cómo
podríamos correr más rápido de lo normal, soportar más golpes y golpear más
fuerte que nunca sin el impulso más grande del alma?: El miedo a la muerte.
Nelson
Torres es estudiante de 2º semestre de Ing. Empresarial.